jueves, 26 de abril de 2012

El Búfalo

El Búfalo Africano También llamados búfalos cafre, ostentan el título de ser los mayores bóvidos de África, distribuidos en casi la totalidad del continente. Miden 1,75 m de altura a la cruz y presentan pesos promedios entre 600 y 700 Kg, pero no es extraño encontrarse ejemplares hasta de 900 Kg. Las hembras son más pequeñas que los machos, pero maduran unos tres años más rápido.

El color del pelaje de los búfalos jóvenes es marrón, pero a medida que avanzan en edad se va oscureciendo hasta quedar prácticamente negro. Exhiben dos desarrollados y prominentes cuernos que se enroscan en los extremos y están casi unidos en la parte superior de la cabeza. Tienen orejas y hocico grandes.

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Se mueven siempre en manadas, la cantidad de individuos varía según el área donde se desenvuelven. Esta especie tiene alta capacidad de adaptarse al medio, por lo que pueden habitar tanto en altas montañas como en sabanas. En las zonas boscosas pueden encontrarse pequeños de grupos de cinco búfalos africanos, mientras que en las praderas pueden alcanzar un promedio de 350. En la estación húmeda, cuando hay abundancia de pasto para alimentarse, se alcanzan a juntar manadas hasta de 2000 individuos. Es una imagen imponente ver semejante poder reunido, si sólo un individuo es expresión de una magnífica fuerza, es casi inimaginable esta congregación.

Por su fisiología, no tienen la capacidad de retener mayor cantidad de líquido en su cuerpo, por lo que se ven obligados a restringir su movilidad, distribución y pastoreo a zonas con abrevaderos cercanos.

Pasan gran parte del tiempo pastando y rumiando, en general prefieren los pastos altos por la facilidad que tienen para cortarlos por una eficiente fila de incisivos en su boca. Gracias a su agudo sentido del olfato, pueden detectar peligro a grandes distancias. Son animales muy peligrosos y agresivos, los machos dominantes defienden con ferocidad la manada y no dudan en embestir cuando se sienten amenazados.

Sus enemigos naturales son los hombres, los leones, y ocasionalmente los cocodrilos cuando atraviesan ríos. También pueden darse bajas de terneros por parte de las hienas que aprovechan su debilidad para cazarlas.

Los ciclos reproductivos son constantes, es decir  no tienen estación definida. Luego de que las hembras alcanzan la madurez sexual a los cinco años,  con un período de gestación de 11 meses tienen una cría por parto. Los terneros permanecen con sus madres hasta el destete entre seis y nueve meses después, luego conservan cierto vínculo algún tiempo y además son protegidos por el resto de la manada.

A finales del siglo XIX por una enfermedad transmitida por ganado vacuno doméstico, esta especie estuvo a punto de extinguirse. Pero dadas las favorables condiciones para su reproducción, la población se ha recuperado grandiosamente, alcanzando los mismos niveles anteriores a la epidemia.

El Oxolotl

El Axolotl También es llamado ajolote o axolote, su nombre científico es Ambystoma mexicanum. Es un anfibio caudado, es decir que tiene la cola desarrollada, es de la misma familia de las salamandras y es una especie endémica del Valle de México.

Entre sus características principales están la de tener el cuerpo alargado y robusto, la cabeza es grande siendo muy notable la diferencia con la línea del cuerpo,  tiene pequeños ojos sin párpados, boca grande y pequeños dientes dispuestos en hileras, la lengua es retráctil como la de las ranas. La longitud de estos raros anfibios está alrededor de los 25 cm en la adultez. La tonalidad más frecuente en estado salvaje es marrón oscuro con manchas blanquecinas, aunque hay ejemplares albinos y jaspeados. Sus extremidades son cortas, de aspecto frágil y no palmeadas, en las patas delanteras tienen 4 falanges mientras que en las traseras 5.

Tiene un sistema de respiración branquial, toma agua por la boca para expulsarla luego por las  agallas que tiene ubicadas en la parte lateral. También tienen sacos pulmonares sin desarrollar, por lo que ocasionalmente suben a la superficie para tomar un poco de aire.

La cola de los ajolotes es tan larga que constituye casi la mitad de su longitud total, además es aplanada lateralmente. Tienen un pliegue dorsal o cresta vertical que se extiende desde la nuca hasta la cola aumentando de tamaño en esa dirección, su funcionalidad es la de facilitarle la natación.

Su longevidad promedio es de 25 años. Son carnívoros, se alimentan de insectos, gusanos, peces, caracoles, renacuajos y larvas. Usan sus rudimentarios dientes para tomar el alimento, pero no lo mastican, simplemente es tragado entero.

Otra particularidad del axolotl es ser un caso de neotenia, que consiste en una metamorfosis incompleta, la madurez sexual se alcanza en la etapa larval del desarrollo vital y se conservan las características morfológicas propias de ese estado. Este fenómeno natural se debe a que la glándula hipófisis de estos anfibios no segrega las hormonas necesarias para completar el proceso.

Sus hábitats naturales se hallan en lagos, canales y ríos de su zona endémica, principalmente Xochimilco. Su población se ha visto amenazada por la explotación indiscriminada de los mantos acuáticos donde habitan, incluso algunos lagos donde se encontraban ya desaparecieron. Otra amenaza latente ha sido la introducción en su hábitat de especies de otros ecosistemas, los cuales devoran sus huevos y ejemplares jóvenes. Además por sus capacidades regenerativas naturales han sido cazados indiscriminadamente para fines medicinales, y en otras ocasiones para fines gastronómicos.

Actualmente hay dos especies de axolotl en la lista roja de especies en vía de extinción de la IUCN. Por ello se ha incrementado la cría en cautiverio para estimular el crecimiento poblacional, bajo las condiciones adecuadas de calidad de agua, temperatura, alimentación y espacio es totalmente factible esta actividad.

miércoles, 25 de abril de 2012

Los Leopardos

El Leopardo El leopardo, mamífero carnívoro  originario de  África y  Asia, de cuyas características físicas podemos resaltar, que posee un  cuerpo esbelto, armonioso andar y  una piel  matizada de  forma casi artística, con colores que van del ocre claro al amarillo, combinadas acertadamente con manchas negras,  estas características hacen de este animal uno de los más exóticos del mundo. 

Perteneciente a la familia de los felinos, posee una gran agudeza visual y olfativa,  es un gran depredador é incansable cazador, de una persistencia casi inagotable, su cuerpo largo y patas cortas le permiten mayor flexibilidad  al momento de iniciar  la carrera para ir tras su presa.

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El menú del el leopardo es muy variado, puede alimentarse de especies tan pequeñas como un pájaro y hasta especies que le dupliquen en su tamaño y peso, por poseer zarpas con uñas grandes y muy robustas.

Es un animal muy solitario,  soledad que deja de lado en la época de celo, por lo general esconde su presa de otros animales en sitios con gran altura como los árboles, la palabra compartir no es aplicable en esta especie, su longevidad va desde los  doce hasta los veinte años de edad en los más fuertes.

El período  de gestación  en la hembra de esta especie es de tres meses, puede parir   hasta seis leopardos, pero por lo general son tres, número que muchas veces se ve reducido por los constantes peligros que le acechan en la selva.

Los cachorros nacen con características muy marcadas, y desde  temprana  edad  demuestran una inquietud propia de su raza, a esa edad llegan a tener un aspecto muy parecido al de los gatos y durante las tres primeras semanas siguientes a su nacimiento son  totalmente dependiente de su madre.

Al llegar al primer mes de vida, empiezan a realizar pequeñas actividades de caza  y al llegar a la edad adulta, se emancipan totalmente de  su madre iniciando una vida solitaria.  Hay que decir,  que la especie femenina de este género realiza su labor maternal con gran esmero, amor y dedicación.

La piel del el Leopardo es muy apreciada para la elaboración de prendas de vestir y  artículos variados, lo que propicia la caza indiscriminada de estos animales, sobre todo en el África, en donde además representa un peligro por su  costumbre de alimentarse algunas veces  de  animales domésticos de las  zonas  donde habita.

Llega la noche y tras  un agotador día de caza; el Leopardo busca donde dormir, escogiendo como lecho predilecto las cuevas rocosas y las espesuras más altas de los árboles de  la selva, sus ojos grandes  e inquietos buscarán reposo por algún tiempo en la densa selva en donde sobrevivir es una lucha diaria.

jueves, 19 de abril de 2012

Los sapos

Los sapos son animales tímidos, por lo general nocturnos, que durante el día se ocultan en lugares oscuros y durante la noche se dedican a la caza de insectos, gusanos, babosas, lombrices y otros invertebrados. Normalmente son de color pardo grisáceo, tienen verrugas en la piel, la cabeza plana, glándulas parótidas hipertrofiadas por encima de los oídos, ojos brillantes similares a gemas con pupila transversal y dedos parcialmente palmeados. Son más torpes que las ranas y no pueden saltar tan lejos como ellas.
La lengua del sapo está fijada a la parte anterior de la boca. Lanzan ésta hacia adelante y su extremo pegajoso atrapa a la presa y la lleva de regreso a la boca. Algunos sapos tienen dientes, pero dado que los anfibios no pueden masticar, sólo les sirven para sujetar a sus víctimas. La lengua produce una mucosidad que les ayuda a engullir a sus víctimas. Todos los anuros parpadean al tragar y, dado que no existe hueso alguno entre el ojo y la boca, el ojo se desplaza hacia atrás, lo que impulsa a la presa hacia el interior de la boca.
Durante los meses fríos los sapos hibernan enterrándose en madrigueras. En primavera se aparean y las hembras ponen sus numerosos huevos en estanques en forma de cadenas gelatinosas de hasta 1,2 m de longitud. Los renacuajos son más pequeños y oscuros que los de las ranas y no se transforman en sapos terrestres hasta el siguiente otoño.
Un género de sapos engloba más de 70 especies diferentes que están ampliamente distribuidas en las principales masas continentales del mundo, a excepción de Groenlandia, Australia, Nueva Guinea y Nueva Zelanda, pero son muy abundantes en las regiones tropicales. En la península Ibérica vive el sapo común, de color castaño con numerosas verrugas y costumbres fundamentalmente terrestres; el sapo corredor, de color verdoso con manchas parduzcas o rojizas y verrugas dorsales, y el sapo verde, presente sólo en las Baleares. Es de color grisáceo con manchas verdosas.
Algunas de las numerosas especies y variedades que abundan en el continente americano son: sapo cúcaro de Cuba, sapo de Sonora (desde Chihuahua hasta Veracruz), sapo del golfo de México, sapo rojo (desde Kansas, Estados Unidos, hasta Guadalajara, México) y el sapo del río Colorado; el sapo del Río de Plata (desde Bolivia hasta Chile) vive en montañas que llegan a los 5.000 m de altitud.
El cururú o sapo buey (desde Brasil hasta Argentina) mide 20 cm de longitud y pesa 1,7 kg, mientras que el sapito verde (desde México hasta el centro de Estados Unidos) mide unos 4 cm y el sapo pigmeo de Río de Janeiro apenas alcanza los 3,7 centímetros. Existe un segundo género al que pertenecen tan solo dos especies. Viven principalmente en el centro y el suroeste de Europa y normalmente se les llama sapos parteros porque el macho transporta y cuida los huevos una vez puestos por la hembra.
Los sapos pertenecen al orden Anuros, clase Anfibios. El género que comprende más de 70 especies es Bufo, que pertenece a la familia Bufónidos. El sapo común es la especie Bufo bufo, el sapo corredor es la especie Bufo calamita y el sapo verde es Bufo viridis. Los sapos parteros componen el género Alytes de la familia Discoglósidos. Los nombres científicos de las especies comunes de América son: cúcaro de Cuba, Bufo empusus; sapo de Sonora, Bufo compactilis; sapo del golfo de México, Bufo vacilleps; sapo de rojo, Bufo punctatus; sapo del río Colorado, Bufo alvarius; sapo del Río de la Plata, Bufo arenarum; sapo de rulo, Bufo spinolusus; sapo buey, Bufo paracnemis; sapito verde, Bufo debilis y sapo pigmeo, Bufo pygmaeus.

La boa

Esta serpiente despierta fuertes sensaciones, se tarta de un fascinante reptil que causa pasiones y a su vez pavor.  Existen varias subespecies, se cuentan once y se reparten por diferentes zonas geográficas.  Se pueden encontrar en el centro y el sud de América.  La más popular es la boa constrictor, pero también están; la boa imperator, occidentalis, longicauda, ortonii, nebulosus, amarali, orophias, sigma y melanogaster.  También se diferencia una subespecie, la boa constrictor imperator, fácilmente de reconocer por ser albina.
De todas ellas, la que mayor tamaño presenta es la constrictor; se han llegado a encontrar ejemplares en estado salvaje con una longitud superior a 4 metros.  Su ubicación varía en función de la especie y sus hábitats pueden estar en zonas de cultivos, playas, bosques y desiertos.  Su tamaño y coloración de su piel cambian según la especie, generalmente, presentan un coloración de base rojiza o de tonos marrones, la cola, excepto alguna especie, tiene grandes motas rojas.

Esta especie de serpiente tropical no es venenosa, su cabeza es de forma triangular con un cuello estrecho.  Aquellas que habitan en áreas húmedas siempre están activas, en cambio las que se encuentran en zonas donde las estaciones están muy diferenciadas, se mantienen inactivas durante algunas semanas en los días secos o fríos.  Su actividad la desarrollan en las horas crepusculares y, el resto de las horas permanecen encaramadas a los árboles.




Se alimentan básicamente de pájaros de diversos tamaños, murciélagos, ratas y otros roedores, lagartos y zarigüeñas.  El sentido de la visión no lo tiene bien desarrollado por lo que dependen de sus fosetas loreales que le permiten percibir a sus presas por el calor que desprenden.

Una boa posee gran fuerza para contraer sus músculos y de esta forma apretar su presa hasta asfixiarla,  pudiendo ser del tamaño de un humano.  Pueden resultar altamente peligrosas, debido a su tamaño y fuerza, y sobre todo son imprevisibles.  Sus silbidos y su forma en ese con el cuerpo son muestra de que van atacar.  Pueden parecer dóciles pero a pesar de las precauciones que se tomen, nunca se sabe cómo van a reaccionar.

Son animales de sangre fría, por lo que necesitan regular su temperatura corporal con el sol, si quieren calentarse y, en cuevas o agua, si quieren enfriarse.  Al no disponer de un sistema de autorregulación de temperatura, consumen menos energía, pero dependen de los factores externos para el buen desarrollo de todas sus funciones fisiológicas.  Metaboliza lentamente el alimento por lo que, después de una presa, puede estar varios meses sin ingerir nada.

A llegar el tiempo de la reproducción, la hembra desprende por su cloaca feromonas para atraer al macho y éste está en movimiento a su alrededor.  Cuando la hembra se muestra receptiva, el macho lentamente se pondrá sobre ella.  El cortejo es todo un ritual que sucede de forma lenta, es entonces cuando al hembra ovula y el macho con uno de sus dos hemipenes deposita en su cloaca el esperma.  Durante la gestación la hembra perderá la piel y necesitará exponerse más tiempo al sol para absorber calor.  Pasados cuatro meses dará a luz unas 20 o incluso 60 cr

El zorro

Este pequeño mamífero se expande por casi todo el planeta y se cuentan diversas razas, el color de su pelaje es indicativo claro de su procedencia.  Su hábitat predilecto es las zonas que poseen mucha vegetación y variada, pero se adaptan con facilidad a los bosques o incluso tierras de cultivo.  En caso del zorro que habita en territorio español, muestra colores grisáceos y rojizos.  Apenas llega al metro de longitud, teniendo en cuenta que su larga cola mide unos 35 cm.  Su hocico es picudo y afilado y sus orejas grandes y aguzadas, tal y como lo describen cuentos que encarnan a un personaje pícaro e inteligente. 

Por lo general, son solitarios, pero también pueden encontrarse emparejados o con varias hembras.  Cuando las hembras entran en celo los machos no se separan de ellas hasta que sus cachorros empiezan a salir al mundo exterior de la guarida.  Mientras que éstos permanecen refugiados dentro de la madriguera, los machos se encargan de proporcionar alimento a la hembra y  a las crías.  La gestación dura entorno los 54 días y de cada parto nacen de uno a ocho zorreznos que hasta las diez semanas de vida no saldrán de su madriguera.

El zorro se alimenta de carne pero también lo hace de frutas y otros vegetales así como de insectos y sobras que dejan los humanos.  Cuando se alimenta engulle directamente, no mastica su presa.  Siempre que tiene la ocasión, aunque esté saciado, caza y esconde su presa bajo la tierra.  Excarva con sus patas delanteras unos hoyos donde pueda guarda el alimento y lo vuele a tapar.  Este animal se ha ganado la mala fama por asaltar a los animales de granja, causando varios destrozos, ya que aunque mate a varios tan sólo se lleve una pieza.


Se trata de un cánido astuto, pero además es un buen nadador y corre hasta una velocidad máxima de 55 km/hora.  Los sentidos que tiene más evolucionados son el olfato y el oído, especialmente agudizados en las horas nocturnas al igual que su vista.  Durante la época invernal se guarece en cuevas pero no llega a hibernar.  Es durante las horas crepusculares cuando se pone en movimiento para cazar.  Viviendo en libertad puede llegar a los 7 u 8 años de vida.  El águila real, el lobo, el lince y por supuesto, el ser humano, son sus enemigos y rivales.

El koala

Se trata de un mamífero marsupial, como el canguro, es decir las hembras están provistas de una bolsa abdominal (marsupio), donde tiene las mamas y guarda a sus crías durante la primera época después de nacer. También se le conoce por el perezoso australiano, debido a la lentitud de sus movimientos, especialmente cuando su alimentación no es muy abundante al escasear su comida, su forma de desplazarse es aún más lenta para economizar sus energías.
Su pelaje es largo y espeso, con colores grisáceos y matices rojos.  Su cabeza es de gran tamaño en proporción con su cuerpo.  Sus dedos son prensiles y posee largas y afiladas uñas que le permiten ser un gran trepador.  Desarrolla su vida prácticamente en horas nocturnas y las de más calor la pasa dormitando en su lugar predilecto, entre las ramas de los eucaliptos.  Según se va acercando el atardecer o la noche, comen las hojas y yemas de eucaliptos.
 
Es un animal pacífico, es difícil que se muestre desafiante, como mucho emite un grito estridente y adopta posturas defensivas cuando se siente amenazado.  De cada camada nace una cría, en rara ocasión, dos.  Éste es llevado por la madre, después de haber salido del marsupio, durante una larga época.  Requiere de un  hábitat muy específico, ya que su alimentación se basa exclusivamente en eucaliptos y se encuentran en gran medida en la costa australiana.

La labaria

La labaria es una serpiente venenosa de la familia Crotálidos, cuya cabeza es marcadamente triangular. Su cuerpo exhibe marcas oscuras en forma de punta de flecha. La labaria ataca sin advertencia alguna y su mordedura es con frecuencia fatal para el ser humano. Vive en América Central, Sudamérica y en varias islas de las Antillas, a menudo cerca de las plantaciones de caña de azúcar.
Durante el día permanece enroscada sobre sí misma, confundiéndose con el entorno, pero es muy peligrosa tras la puesta del sol, cuando vaga en busca de presas. Su cuerpo es grueso y de color pardo rojizo, con bandas transversales oscuras e irregulares y una cola ahusada que termina en una punta dura.
Presenta una banda negra que se extiende desde ambos ojos hasta el cuello y sus costados pueden ser de color rojo brillante. Suele medir cerca de 1,5 m de longitud, pero puede alcanzar más de 2 metros. Se le conoce también como jaraca (Amazonia), terciopelo o guayacán (Venezuela), barba amarilla (Centroamérica) y pudridora, mapaná, macaurel o taya (Colombia).
La labaria o nauyaca real pertenece a la familia Crotálidos. A veces se la menciona dentro de la familia Vipéridos. Su nombre científico es Bothrops atrox.

El camaleon

Camaleón, nombre común de ciertos lagartos, conocidos por su capacidad de cambiar de color cuando se sienten amenazados y en respuesta a cambios de temperatura, luz, color y otras alteraciones ambientales. Este cambio es debido a la acción de hormonas que afectan a unas células pigmentarias especiales presentes en la piel. No obstante, los camaleones no siempre cambian de color para adaptarse al del medio que los rodea, como suele creerse.
El camaleón tiene una lengua notablemente larga y pegajosa que proyecta hacia el exterior para cazar insectos. Su cuerpo tiene una forma poco habitual y la mayoría están especialmente adaptados a la vida arborícola. Sus patas largas y delgadas los separan del suelo, y sus dedos están divididos en dos grupos de dos y tres dedos que le permiten agarrar las ramas, en vez de aferrarse a ellas con las garras. También su cola, larga y curvada, es prensil. Muchos camaleones tienen la cabeza grande y abovedada y los machos pueden exhibir hasta tres cuernos, que en ocasiones utilizan en combate; una llamativa especie de tres cuernos es el camaleón africano de Jackson.
El camaleón tiene un cuello corto y de movilidad limitada; no obstante, sus ojos son grandes y pueden moverse en muchas direcciones de forma independiente. Carece de tímpanos auditivos externos, o membrana timpánica. Su longitud oscila de unos pocos hasta 63 centímetros. En la península Ibérica sólo vive el camaleón común, cuya distribución se extiende también al norte de África y algunas islas del Mediterráneo. Es una especie de color verdoso y hábitos arborícolas que puede cambiar de color según el estado en que se encuentra. En España es una especie en peligro de extinción, cuyas poblaciones, en el sur de la Península, están en franca regresión.
Existen más de 100 especies de camaleones verdaderos. Viven en Madagascar y otras zonas de África, en el sur de Europa, los países árabes, India, Sri Lanka y las islas Seychelles.

Los lagartos

Los lagartos presentan el cuerpo alargado y cubierto de escamas. Por lo general, tienen cuatro patas y una larga cola que, en algunas especies es muy frágil y se rompe con facilidad, aunque puede volver a regenerarse. Los lagartos arborícolas, como los camaleones, pueden utilizar su larga cola para agarrarse a las ramas. Algunas especies poseen las patas muy reducidas y otras las han perdido por completo, adoptando un aspecto serpentiforme; sin embargo, se diferencian de las verdaderas serpientes porque tienen párpados móviles y una estructura ósea craneal diferente. Son animales de sangre fría que dependen del calor del Sol para aumentar su temperatura corporal.
Los lagartos se desplazan de diversas maneras; los basiliscos y los lagartos de collar pueden correr rápidamente sobre sus patas traseras, muy desarrolladas. Los basiliscos son capaces también de correr sobre la superficie del agua gracias a sus patas traseras y a su cola en forma de látigo. Los gecos tienen unos discos adhesivos en la parte ventral de sus dedos que les permiten adherirse perfectamente al sustrato. Algunos lagartos son buenos nadadores y otros son arborícolas.
Su dieta varía de unas especies a otras. Muchas son insectívoras y otras, como la iguana común, son herbívoras. El monstruo de Gila, que vive en áreas desérticas, se alimenta de huevos de reptiles y aves, así como de pequeños roedores. Los varanos, dependiendo de su tamaño, se alimentan de insectos, de aves y reptiles y de sus huevos, de pequeños mamíferos, y de carroña.
Como la mayoría de los reptiles, los lagartos no cuidan de sus crías. Las hembras suelen poner huevos que abandonan a su suerte. Unas pocas especies son ovovivíparas (sus huevos se desarrollan en el interior de la madre).
Los gecos y salamanquesas son lagartos pequeños con el cuerpo macizo, cuatro patas bien desarrolladas y cola corta y carnosa; poseen en los dedos discos adhesivos gracias a los cuales pueden desplazarse por superficies verticales. Las iguanas son propias del continente americano y suelen presentar una hilera de espinas en el dorso del cuerpo y una cola larga y resistente. Los camaleones son lagartos arborícolas que utilizan su cola larga y prensil y sus dedos transformados en pinzas para agarrarse a las ramas; son capaces de cambiar de color y se alimentan de insectos que cazan con su lengua larga y pegajosa.
Los eslizones o escincos presentan el cuerpo alargado y cilíndrico y generalmente tienen un tamaño pequeño, de no más de 12 cm de longitud; algunas especies poseen las extremidades muy reducidas. El lución es un lagarto ápodo de aspecto serpentiforme que en caso de peligro puede perder la cola para distraer a sus depredadores. Los varanos presentan una cabeza pequeña unida a un cuello largo y móvil, unas patas robustas provistas de poderosas uñas, y una cola larga y poderosa.
Los lagartos típicos y las lagartijas del Viejo Mundo pertenecen a la familia Lacértidos (Lacertidae), mientras que los del continente americano forman la familia Teídos (Teiidae).

Los buhos

Los grandes ojos de los búhos (más pequeños en las lechuzas) están dirigidos hacia adelante, e incorporados en una cápsula ósea que les da una limitada capacidad de movimiento. Los búhos tienen que girar toda la cabeza para mirar a los lados, aunque el movimiento se ve facilitado por un cuello relativamente largo y flexible, que les permite girar la cabeza hasta 270 grados. La mayor parte de los búhos tienen los ojos rodeados por un disco facial de plumas rígidas que dan la impresión que tienen cejas. Dado que pocos búhos capturan sus presas a plena luz del día, su oído es especialmente importante. Muchos búhos tienen el cráneo asimétrico, con las aberturas auriculares a diferentes alturas; esto les permite localizar a sus presas por los ruidos que producen.
La distribución de los búhos y lechuzas abarca todo el planeta, a excepción de la región antártica; la lechuza común tiene una de las distribuciones más extensas de todas las aves vivientes. Los hábitos de anidación de los búhos son notablemente variables. Algunos anidan en agujeros de los troncos o entre las rocas, otros hacen grandes nidos en los árboles y otros, como los mochuelos excavadores o lechuzas vizcacheras, anidan en el suelo.
Todos ponen huevos de color blanco. Los búhos se alimentan en exclusiva de animales vivos, y el tamaño de su presa es proporcional al tamaño de cada especie; sus presas potenciales son desde insectos hasta mamíferos del tamaño de una liebre. Unos cuantos se alimentan únicamente de peces. Comprimen y regurgitan en forma de egagrópilos las partes indigeribles de su alimento, como huesos, pelo y plumas; el análisis del contenido del egagrópilo permite identificar la especie a la que pertenecía la presa.
Algunos géneros de estrígidos contienen muchas especies --el género más abundante tiene más de 50--. Algunos representantes de este género son bien conocidos, como es el caso del autillo americano propio del este de Norteamérica, y el autillo común, una especie fuertemente migratoria que se reproduce en el sur de Europa, incluida la península Ibérica y, al este, hasta el lago Baikal. Muchas de las especies tropicales, no obstante, sólo son conocidas a través de unos cuantos especímenes de museo y sus hábitos no han sido estudiados.
Entre las especies más grandes de búhos están los tecolotes o búhos águila. Tienen mechones de plumas en la cabeza llamados 'orejas', aunque no tienen relación alguna con éstas. En América sólo vive el tecolote o ñacurutú, pero en Europa, África y Asia hay 17 especies. La distribución más amplia es la del búho real, que vive desde Escandinavia hasta España y Japón. Mide unos 71 cm. El búho nival del norte de Eurasia, cuya hembra es blanca con algunos puntos negros en el dorso, es peculiar porque se alimenta de día (en especial de lemmings). La lechuza gavilana caza también durante el día.